7 de mayo de 2012

Jerusalen celebra su primera Marcha de las Guarras

Jerusalén celebra su primera «Marcha de las Guarras»


La popular manifestación contra el acoso sexual y las violaciones provocadas por la vestimenta de las féminas, conocida como «Slutwalk», que se traduce en «Marcha de las Guarras», no ha conseguido atraer este viernes a tantas asistentes en Jerusalén como en otros países donde se celebra esta peculiar protesta.

La protesta consiste en una marcha de mujeres vestidas con escasa ropa y tacones, para dejar claro que la manera de vestir de cualquier mujer nunca es una invitación al acoso o la agresión sexual y verbal.

Aprovechando el caluroso día en Jerusalén, varias docenas de personas se congregaron en la Plaza de París, cerca del centro de la ciudad. Aunque la invitación a través de Facebook animaba a las asistentes a llevar la menor ropa posible, dado el buen tiempo, la mayoría de las mujeres iban vestidas con ropa normal.

«Elegí este día porque sabía que iba a hacer muy buen tiempo, con sol, después del frío de estos últimos días, y así todas podríamos ir con poca ropa, pero veo que la mayoría ha preferido venir con cosas más modestas», comentó a ABC la organizadora de la primera «Marcha de Guarras» en Jerusalén, Or Levy, que lucía un gran escote y minifalda.

Al grito de «!No significa no!», «!Las putas demandamos justicia social!» y «¿Qué parte de no no entiendes?», las mujeres se enfrentaron a la Policía cuando los agentes pidieron a algunas participantes que se cubrieran para respetar «el estatus especial de Jerusalén».

El «Slutwalk» nació en Canadá hace unos años y cada año se suman más países a esta marcha reivindicativa.

«Hemos decidido que estamos hartas de este acoso diario. Si caminas por la calle con ropa más ligera de lo normal, cualquier hombre cree que se te puede acercar y que te acabará llevando a casa porque tienes un escote. Vivo en esta ciudad desde siempre y no hay día apenas en que no me digan algo, es el momento de cambiar las cosas aquí», comentó una airada Levy.

Aunque Levy no considera que el mayor problema para llevar una minifalda en Jerusalén sea la comunidad judía ultra-ortodoxa, lo cierto es que este grupo religioso ha conseguido que sea retirada mucha de la publicidad en la que aparecen mujeres.

«Para mí el problema principal no son los haredim, los ultra-ortodoxos, porque no son los únicos que exigen que no nos vistamos como queremos, es para el común de los hombres que piensan que pueden tratarnos como basura sólo por cómo nos vestimos», señaló a ABC otra manifestante que tan solo se cubría el pecho con una pegatina en la parte superior.


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